En los últimos años, la salud mental de los jóvenes ha tomado protagonismo en las conversaciones educativas y sociales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada siete adolescentes enfrenta algún tipo de problema emocional, como ansiedad, estrés o depresión. Esta realidad se ha intensificado desde la pandemia, y en el año escolar 2025–2026, muchos colegios, incluyendo el Colegio Otoquí, han comenzado a implementar espacios de reflexión y actividades enfocadas en el bienestar emocional.
Estudiantes, maestros y familias están reconociendo que el bienestar no solo se trata de sentirse bien físicamente, sino también de cuidar la mente. El uso excesivo de redes sociales, la presión académica y los cambios propios de la adolescencia pueden generar un impacto negativo en el estado emocional de los jóvenes. Por eso, es fundamental que las escuelas promuevan el diálogo, la empatía y el autocuidado como parte del proceso educativo.
La importancia de este tema radica en que el bienestar emocional influye directamente en el rendimiento académico, la motivación y la convivencia escolar. Ignorar estos aspectos puede llevar a consecuencias graves, como el aislamiento social o la pérdida de interés en los estudios. En el Colegio Otoquí, se han comenzado a integrar actividades como el arte, el deporte y la escritura creativa para ayudar a los estudiantes a canalizar sus emociones de forma saludable.
Para mejorar el bienestar, los expertos recomiendan tomar pausas digitales, hablar con personas de confianza, realizar actividades creativas, hacer ejercicio regularmente y organizar el tiempo de estudio para evitar el estrés. Cuidar la salud mental no es una moda, es una necesidad. Y en el contexto escolar, es una responsabilidad compartida entre estudiantes, maestros y familias.
